lunes, 24 de noviembre de 2008

Decadencia

Odio mi cuerpo. Odio su debilidad, el hecho de que sea temporal, una cáscara quebradiza que encierra mi persona sin tener siquiera un buen motivo para hacerlo.

Puedo sentir su fragilidad cuando me despierto, cuando miro el mar, cuando el dolor baila en el pecho, cuando el corazón late fuerte, afirmando su despotismo.

Puedo imaginar mis neurotransmisores, conexiones sinápticas, intestinos y ovarios descargando impulsos eléctricos o regalando fluidos a través de la materia. Esta energía que se mueve dentro de lo voluptuoso produce un malestar agradable que da los medios para pensar o existir.

Existir es comprender. Precisamente: todas y cada una de mis partes están bajo el halo de una innecesaria e inevitable decadencia.

lunes, 3 de noviembre de 2008

De súbito
no he nacido
no he muerto

el centro de la sombra
es la sombra en mi espera
(A. Pizarnick)

Existe una gran divergencia entre lo que percibimos que somos y la imagen que los demás tienen de nosotros. A veces los propios errores, fracasos y grietas nos son revelados por el escrutinio periférico. Siento entonces un impulso malévolo que me invita a variar la calidad de los valores en los que la vida se ejecuta, entre aquel que me acusa y yo. Un impulso que se manifiesta sobre mi cuerpo con una sonrisa pomposa e inadecuada.

La sonrisa se transforma en subjetividad. Puesto que sólo tengo conciencia de mí misma y de nadie más, parece lógico que por cuestiones de existencia, saciarme de forma individual sea el único fin que deba tratar de conseguir. Cada faceta de mí me pertenece. No hay divergencia. ¿ O piensas tú impedir que me deleite con mi propia opulencia?

The betrayal of images

The betrayal of images
no te fies de lo que veas, de lo que oigas, de lo que sientas...